lunes, 7 de junio de 2010

Air Gear

No acostumbro a dar mi opinión sobre obras que todavía no están inconclusas. Creo que la visión que se puede tener de ellas puede ser errónea o pequeños matices pueden influir en ella. Sin embargo creo que he llegado a un punto en la lectura de esta serie en el cual necesitaba hacer una reflexión sobre ella. Así pues, ni corto ni perezoso, me releí todos los tomos publicados hasta este momento aquí en España (20) y en mi cabeza fueron dándose forma diversas conclusiones.


Como siempre, primero un poquito de argumento. Itsuki (Ikki) Minami, es un adolescente bastante problemático. Desde pequeño fue dejado a cargo de la familia Noyamano y actualmente vive con las cuatro hermanas (Rika, Mikan, Ringo y Ume). Junto con sus amigos de toda la vida Kazuma Mikura (Kazu) y Onigiri forman parte de la banda de pandilleros “los Guns de la Zona Oeste”, de cuya zona se autoproclama líder. La banda de Ikki tiene una confrontación con una banda enemiga, los Skull Saders. Estos son Storm Riders, personas que practican AT, un tipo de patines con motor autopropulsado y de unas características realmente increíbles; e Ikki sale realmente malparado de la confrontación con estos, siendo ocupada la Zona Oeste por los Saders y los miembros de los Guns maltratados por estos.


Ringo, de la misma edad que Ikki y del cual está enamorada, decide enseñarle el mundo de los AT y junto con sus hermanas Mikan y Ume deciden comprarle un par de patines y enseñarle las posibilidades de estos (las tres hermanas también son Storm Riders, cosa que Ikki no sabía). Este comienza a practicar con ellos y terminará vengándose de la banda enemiga.


Ikki va practicando este nuevo deporte, y a su causa se van uniendo sus amigos anteriormente nombrados; además de enemigos a los que va derrotando como Buccha (Issa Mihotoke) o el pequeño bipolar Akito/Agito, formando al final todos estos la banda de los Kogarasumaru.

Ikki va mejorando en este mundo y pronto comenzará a demostrar un gran potencial, por lo que llama la atención de otro Rider ,Simca la Golondrina, la cual proclama a Ikki futuro nuevo Rey del Cielo. Los Kogarasumaru irán progresando en las Part Wars (competición de AT) y subiendo de nivel. Sin embargo todo comienza a complicarse. Alrededor del desarrollo de Ikki como Rider y su proclamación como Rey del Cielo comienza a desplegarse un conflicto de niveles realmente amplios con bandas de dimensiones estratosféricas, Riders con potencial descomunal los cuales, disponen de regalías (dispositivos adheridos a los AT, los cuales potencian un tipo de características específicas en el patinaje del Rider), confabulaciones y traiciones, secretos… y una torre, la Gran Scale, en la cual se esconde y protege el mayor tesoro del mundo AT, la Regalía del Cielo.


Lo primero que llama la atención sin ningún tipo de dudas es el magnifico dibujo de Oh Great. El autor dispone de un dibujo, realmente bonito y un diseño de personajes muy vivo, destacando la habilidad y habito de poner a sus personajes femeninos en constantes situaciones para satisfacer el deseo de Fan Service de los lectores (y personalmente comienzo a pensar que también el suyo propio). Los personajes femeninos suelen estar caracterizados por ser despampanantes y no carecer en ningún momento de curvas. Además, durante el desarrollo de la serie, se va notando también la evolución del propio dibujo aún incluso a mejor, siendo quizás al principio de la serie los diseños de personajes de rostros más redondeados. La labor de este autor es realmente impresionante, y a un servidor dejó realmente enamorado, ya que no había seguido en ningún momento Tenjho Tenge.


Y al no haber seguido esta serie me remito a las opiniones que he leído sobre ella a cerca de la labor del señor Oh Great como guionista, las cuales reflejo en la serie de la que trato hoy. Todo lo que destaca el autor como dibujante carece como guionista. La serie sigue una base inicial desde la que parte, pero durante gran parte de la obra parece que las cosas que ocurren son totalmente inconexas y sin ningún tipo de relación. Además el desarrollo de la serie durante más de una decena de tomos es realmente lento y en ocasiones uno llega a pensar que durante 15 tomos el autor solo nos presenta personajes. En mi opinión, quizás el inicio de la serie se hace un poco largo.


Quizás no es que la historia sea mala, sino que falla la forma en que el autor la cuenta. Es una sensación que me ha ocurrido más de una vez con otras obras, como por ejemplo Hellsing de Kôta Hirano. El concepto y la base desde la que parte es buena, sin embargo el desarrollo resulta malo. La serie realmente me llamaba; tenía algo, muchos personajes secundarios que evolucionan satisfactoriamente, algunos realmente parecía que no iban a destacar desde el principio; muchos equipos y el tema de las regalías, y como he dicho antes el magnifico dibujo. Sin embargo, la historia en muchos tomos no me decía nada. Me puse de limite el tomo 15, si no ocurre algo que realmente me merezca la pena dejo la serie, y ahí cambió todo. Todo lo que te habías leído hasta entonces tenías que tirarlo por la basura ya que la historia arrancaba fuerte a partir de ese momento. Las situaciones inconexas de las que hablaba anteriormente resultaban tener relación y tras una segunda lectura de los tomos parece que la historia tiene un trasfondo que quizás en una primera lectura no se aprecia al 100%. Ni yo (ni nadie) podría asegurar si todo esto ha sido fruto del azar u Oh Great! tenía pensado el desarrollo desde el principio. Me cuesta creer lo segundo, lo que está claro es que el resultado ahora si está siendo el deseado.


Se que es difícil recomendar una serie que no arranca de verdad hasta casi 20 tomos leídos, pero si queréis disfrutar de una serie con un dibujo colosal, divertida, con grandes dosis de Fan Service y con una historia que mejora con el paso de los tomos. Air Gear es vuestra serie. En mi caso la paciencia triunfó.


AIR GEAR

Autor: Oh Great!

Editorial: Kodansha (Publicado en España por Norma Editorial)

Nºde Tomos: 28 (20 en España)

Publicación: 16 de mayo de 2003 – Actualidad.

Valoración Personal: 7 (provisional)

lunes, 17 de mayo de 2010

Tokyo Magnitue 8.0.


En estos tiempos en los que innovar un argumento se ha convertido en algo tremendamente complicado; en los que las formulas que triunfan se repiten hasta la saciedad, se suceden remakes y segundas partes de series y el nivel de los guiones es cada vez más bajo; resulta gratamente sorprendente encontrarnos con obras como la que hoy trato. No creo que se la recuerde como la serie del año y dentro de unos años el otaku medio no se acordará de ella, pero la historia que se nos presenta en Tokyo Magnitude 8.0. es ante todo original.


Ya desde el principio el argumento de esta obra del Estudio BONES se nos presenta como un estudio verídico sobre las consecuencias que podría tener un terremoto de magnitud 8.0. en la ciudad tokiota; y esto se refleja en el mensaje introductorio de cada capítulo anterior al opening. No se hasta que punto la realidad podría superar a la ficción y como podría afectar un terremoto de estas características a una ciudad en principio tan bien preparada para este tipo de cataclismos como es Tokyo. No entiendo de seísmos. Lo que está claro es que la sensación de catástrofe que se respira en cada uno de los capítulos resulta bastante real y en principio lógica. El espectador podrá ver como zonas y edificios emblemáticos de la capital japonesa quedan devastados, lo cual me hace pensar que si a un servidor en ocasiones las escenas le resultan dramáticamente espeluznantes sin conocer la ciudad, como podría afectar al aficionado japonés el desarrollo de esta serie.


Esta catástrofe se nos presenta bajo la visión de dos niños, Mirai Onozawa y su hermano Yûki, los cuales estaban visitando una exposición de robots en Odaiba cuando el cataclismo ocurre. Los hermanos que deberán volver a su hogar en Setagaya, se encontrarán con la ayuda de Mari Kusakabe, una mujer adulta que también se encontraba en la misma región cuando el terremoto ocurre y que quiere llegar junto a su pequeña niña y su madre, los cuales se encuentran en Sangenjaya, de camino al hogar de los niños. Rápidamente Mari se responsabilizará de la seguridad de estos y antepondrá su protección a su deseo de saber como se encuentra su familia, ya que el transporte y las comunicaciones en la ciudad son nulos. De camino a su objetivo el trío se encontrará a otros personajes y vivirá las desgracias y desventuras de estos, además de encontrarse con numerosos inconvenientes relacionados con el terremoto; réplicas, derrumbamientos, incendios y muerte. Mirai representa la figura del adolescente incompleto, decepcionado del mundo y sin demasiados deseos en él, sin embargo durante el viaje se verá contagiada por el espíritu alegre y esperanzador de su hermano pequeño y desarrollará un espíritu protector hacia él que al principio carecía.


Este viaje se desarrollará a través de 11 capítulos en los que los protagonistas deberán superar sus miedos a lo que pueden encontrarse una vez lleguen a sus casas y a vivir en la tragedia en la que se ven envueltos. Tokyo Magnitude 8.0. no es una historia feliz, no desarrolla un mundo de esperanza y sobretodo los acontecimientos que presenta no son para nada predecibles. Como expreso en la introducción, su mayor fuerte es la originalidad del argumento. Sin embargo de la mitad de la serie hacia adelante, la odisea esperanzadora de nuestros protagonistas cambia radicalmente para presentarnos tragedia y momentos melodramáticos realmente espeluznantes.


En lo que la animación se refiere, el estudio BONES nos presenta un diseño de personajes bastante simple y en ocasiones pobre, el cual conjunta a la perfección con un desarrollo de escenarios sublime y visualmente atractivo. La serie quizás se ve un poco afectada por ser la sucesora en la franja horaria de la magnifica Higashi no Eden, no siendo, en mi opinión, tan impactante como esta, sin embargo Tokyo Magnitude 8.0. no cae en el burdo concepto de serie actual, lo cual ya desde mi perspectiva la hace bastante buena.


En conclusión, para todos aquellos que quieran disfrutar de una serie realmente sorprendente, con una concepción original y un plantel de personajes bastante real, Tokyi Magnitude 8.0. es de obligado visionado. Eso sí, absténgase aquellos de lagrima fácil, ya que ante todo la serie es el retrato de la tragedia que genera un terremoto a gran escala.



TOKYO MAGNITUDE 8.0.

Estudio: BONES.

Director: Masaki Tachibana.

Guionista: Natsuko Takahashi.

Emisión: 9 de Julio de 2009 – 17 de Septiembre de 2009.

Canal: Fuji TV.

Número de episodios: 11.

Valoración personal: 7.




domingo, 8 de noviembre de 2009

K-On!

Un amigo mío me ha comentado en más de una ocasión que tengo un criterio bastante especial a la hora de analizar series, y que por lo general me gusta casi todo. No se hasta que punto podría ser cierta esa afirmación, pero si es verdad que suelo disfrutar con casi cualquier anime que veo, aunque mi cabeza fríamente me diga que esto que estoy viendo no es para nada lo suficientemente bueno como para que me guste. Así que en esta nueva etapa del blog quería empezar hablando de la que, desde mi punto de vista, es la decepción del año; la última serie de Kyoto Animation (con permiso de ese bodrio de experimento llamado Suzumiya Haruhi segunda temporada, del que ya hablaré en otra ocasión); K-On!


Yui Hirasawa es una estudiante de primero de preparatoria, que como en muchos otros animes no sabe a que club extraescolar unirse. Al final terminará uniéndose al K-On Bu, el Club de Música Ligera, al que pertenecen Ritsu Tainaka como líder y baterista, Mio Akiyama al bajo y Tsumugi Kotobuki a los teclados. Yui deberá aprender a tocar la guitarra (ésta se une al club sin saber tocar ningún instrumento y sin la menor idea de lo que se hace en este) para que el K-On Bu cumpla su objetivo principal; consolidarse como grupo y terminar tocando en el Budokan.


Lo primero que me llamó la atención de este anime (a mi y prácticamente al 80 % de la gente que lo haya visto) es su magnifico ending; Don’t Say Lazy, interpretado por las seiyuus de las protagonistas, el cuál en su versión TV evoca una estética muy videoclip que te hace pensar que realmente las chicas conseguirán el propósito del argumento. Salvando las distancias dentro del género musical que se plantea, en un principio la serie me recordaba a lo ya expuesto en el magnifico argumento de Beck, en mi opinión la mejor serie que desarrolla el género musical; véase, protagonista al que nunca le ha interesado la música en absoluto pero con un gran potencial y fuerza de voluntad que le harán destacar como músico y un grupo en conjunto que tras muchas penurias conseguirán triunfar en el sector, o por lo menos dar que hablar.

Nada más lejos de la realidad, rápidamente este buen argumento se difumina para desarrollar una serie de sketches humorísticos potenciando las personalidades tópicas de cada uno de sus personajes. Yui encarna el prototipo Kawaii, personaje de personalidad y diseño entrañablemente adorable, de carácter infantil y atontada, Ritsu es la alocada del grupo, del que partirán la mayor parte de las situaciones cómicas con su interacción con Yui y sobretodo con Mio. Mio rezuma Moe y Tsunedere a partes iguales por todos sus poros; convirtiéndose probablemente en la gallina de los huevos de oro de los dibujantes de Doujins durante los próximos años. Mención aparte me parece el caso de Tsumugi. Al ver a este personaje, irremediablemente no puedo dejar de recordar a Miyuki Takara de Lucky Star, serie del mismo estudio, tanto en personalidad como en diseño (chica de familia rica, ingenua y de formas voluptuosas). En conclusión,K-On! presenta un modelo de personajes ya utilizado en varias series (incluso del mismo estudio) y orientado al Fan Service. A las protagonistas habría que añadir al quinto miembro del club que se unirá en el segundo arco argumental de la serie (¿una serie de 13 capítulos con varios arcos argumentales?) Azusa Nakano, una versión de Mio más pequeña; a Ui Hirasawa, la hermana responsable de Yui y sobretodo al que para mi es el mejor personaje de la obra, Sawako Sensei, la profesora de música de las chicas y manager del club, de doble personalidad y obsesionada con el cosplay. Un casting no del todo malo y con diseños muy vivos y agradables, pero al que le falta algo.


Porque en trece capitulos K-On! no te cuenta absolutamente nada. Los capítulos se desarrollan en como las chicas en vez de ensayar se pasan las tardes tomando pastelitos y té, en como intentan solucionar esto preparando unos campamentos de verano en alguna de las casas que tiene Tsumugi cerca de la playa y en las que al final no ensayaran y se pasarán enseñando modelitos de bikini durante todo el capitulo y en como a última hora y en vísperas de la semana cultural del instituto les entrarán las prisas para preparar una actuación en condiciones Toda esta interacción de hechos se repetirá dos veces en la serie (con y sin Azusa).Si bien es cierto que las situaciones cómicas bien me hicieron reír en alguna ocasión, según avanzan los capítulos (y teniendo en cuenta su duración esto resulta relativamente pronto) la serie resulta repetitiva y difícil de seguir.


Aunque el diseño de los personajes es agradable y fluido, se nota un bajón considerable en la animación respecto al magnifico trabajo de hace un par de años con la magnifica Suzumiya Haruhi o dentro de su simplicidad con Lucky Star. Mucho se ha hablado este último año de una restructuración de animadores y directivos dentro de Kyoto Animation que puede haber afectado al nivel de animación de esta; sin bien es cierto que la segunda temporada de Haruhi presenta una animación mucho menos fluida que su antecesora y que muchas veces cuando estás viendo a Haruhi parece como si estuvieses viendo el diseño de Yui.


La música queda relegada a un segundo plano, y realmente deseas que las chicas se tomen en serio el asunto para ver hasta donde pueden llegar. Al anteriormente comentado ending hay que añadir un más que correcto opening Cagayake!GIRLS y alguna de las interpretaciones del grupo en sus actuaciones en la semana cultural, como por ejemplo Fuwa Fuwa Time.


En conclusión, podría definir K-On! como una serie absolutamente 5, que no destaca ni desentona en ninguno de sus aspectos. Bien es cierto, que está basada en una serie de manga que a día de hoy solo cuenta con dos tomos recopilatorios, y que a la ya confirmada OVA que saldrá a principios del año próximo, tendremos más K-On!, pero mucho me temo que estas chicas jamás llegarán al Budokan y que probablemente jamás toquen más allá del escenario de su instituto o de la plaza mayor de su pueblo.




Bienvenidos... de nuevo.

Bueno, aquí estamos otra vez. Con más ganas, fuerza, y sapienza, disupuestos a retomar otra vez este experimiento llamado The Real Dictionary Shoot, que hace más de un año abrí pero que por vagueza, y falta de motivación terminé abandonando.
Bienvenidos nuevamente a, The Real Dictionary Shoot.